Tomado de: revista fundacióndelcorazon.com/ Imagen superior: Freepik
El texto es transcripción mediante IA, y posterior revisión humana, del artículo original de la revista, cuyas imágenes dejamos al final de la página.
La evidencia científica aconseja priorizar una alimentación equilibrada, recurriendo a ellos sólo en casos necesarios y con asesoramiento profesional.
Un 88% de europeos ha tomado suplementos alimenticios en algún momento de su vida, y el 93% de ellos lo ha hecho durante el último año. Así lo afirma el estudio ‘Actitudes de los europeos hacia los complementos alimenticios»1, que analiza el consumo de este tipo de productos entre los ciudadanos de 14 países europeos, entre ellos España.
¿Son necesarios estos suplementos? ¿O sólo deberíamos tomarlos en determinadas circunstancias? La respuesta de la comunidad científica es que aunque se perciben frecuentemente como beneficiosos, su uso en personas sanas con una alimentación adecuada no está recomendado de forma sistemática. «La evidencia científica actual apoya una dieta saludable como la dieta mediterránea o la DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), ricas en frutas, verduras, grasas saludables y antioxidantes naturales, como estrategias efectivas de prevención», explica Teresa Partearroyo Cediel.
¿Cuándo tomarlos?
Los suplementos alimenticios son productos que contienen vitaminas, minerales, ácidos grasos, aminoácidos u otros compuestos bioactivos, y que se utilizan para complementar la dieta habitual. Su consumo puede estar indicado en situaciones concretas como el embarazo, la lactancia, la infancia, la vejez o en personas con enfermedades crónicas que cursan con déficits nutricionales. «También pueden recomendarse en estados de malnutrición o en casos de requerimientos aumentados, como ocurre en deportistas o dietas muy restrictivas. Sin embargo, en personas sanas con una alimentación adecuada, no hay evidencia sólida que respalde su uso para prevenir enfermedades cardiovasculares»2, aclara Partearroyo Cediel. Una de las razones es que no todos los suplementos son inocuos. «Por ejemplo, el betacaroteno se ha asociado con un mayor riesgo de mortalidad total, cardiovascular y de ictus en diversos estudios clínicos. Asimismo, la niacina, aunque mejora el perfil lipídico, no ha demostrado reducir eventos cardiovasculares y puede causar efectos adversos como hepatotoxicidad o resistencia a la insulina. Otro caso llamativo es el de la glucosamina, que ha mostrado una asociación con mayor riesgo cardiovascular en personas con artrosis en un análisis retrospectivo», señala.
INTERACCIÓN CON MEDICAMENTOS
Diversos suplementos pueden interactuar con medicamentos. Por ejemplo, la coenzima Q10 puede reducir la eficacia de anticoagulantes como la warfarina. El calcio y el hierro pueden interferir en la absorción de antibióticos y otros fármacos. Además, algunos antioxidantes pueden disminuir la efectividad de ciertos tratamientos oncológicos. Estas interacciones subrayan la importancia de consultar con profesionales sanitarios antes de iniciar cualquier suplementación.
Cuáles son beneficiosos para el corazón
Por el contrario, algunos compuestos han mostrado beneficios cardiovasculares en estudios clínicos de calidad3. Los ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) reducen la mortalidad cardiovascular, el infarto de miocardio y otros eventos coronarios. El ácido fólico disminuye el riesgo de ictus, mientras que la coenzima Q10 se asocia con menor mortalidad global y con mejoras en la calidad de vida de personas con fatiga crónica. Además, la combinación de L-arginina y vitamina C muestra efectos positivos sobre la función endotelial y el rendimiento físico, factores clave en la salud cardiovascular.
Cuáles son beneficiosos para el corazón
En resumen, en personas sin déficits nutricionales específicos, no se recomienda el uso sistemático de suplementos para prevenir enfermedades cardiovasculares si se sigue una dieta saludable.
«Además, algunos productos disponibles en el mercado presentan una calidad variable e incluso composiciones que no se corresponden con su etiquetado, lo que puede comprometer su eficacia y seguridad. Por tanto, debe priorizarse una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras, grasas saludables y antioxidantes naturales, y recurrir a suplementos solo en casos necesarios y con asesora- miento profesional», afirma la experta.
1. www.foodsupplementseurope.org/wp-content/uploads/2022/07/FSE-Consumer Survey-Ipsos-2022.pdf
2. www.pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33745562/
3. www.pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36480969/

